La Recomendación Progresiva de la Semana: Obsidian Kingdom

Ni yo soy el Shaman ni en esta entrada vamos a hablar de Dream Theater. Pero hombre, no te vayas todavía, déjame presentarme al menos… soy Esteban Portero, baterista de Reek y también escribo para Empire Magazine. Hoy vengo a hablaros de Obsidian Kingdom, una banda de Barcelona que se perfilan como recomendación progresiva de la semana, aunque la periodicidad de estos artículos ya pone en duda el nombre de la susodicha sección.

Este quinteto catalán acaba de publicar su primer LP, Mantiis, un álbum conceptual de una sola canción dividida en 14 piezas que podéis escuchar y descargar gratis en su Bandcamp, gracias a su política de descargas, muy bien planteada de acuerdo con los tiempos que corren hoy día (la puedes leer aquí). Justo tras el salto, de hecho, podéis escuchar el álbum al completo.

Comencemos por el principio. ¿Qué estilo hacen Obsidian Kingdom? No vaya a resultar que perdáis vuestro valioso tiempo leyendo un artículo sobre una banda que toca algo que ni si quiera os gusta de entrada… pues bien, lo primero que debo decir acerca del estilo de la banda es que dejéis los prejuicios y las etiquetas en la puerta, porque realmente la música de la banda va más allá de lo que se pueda señalar claramente como X o Y. Ellos se auto-definen como “música dura difícil de clasificar y llena de contrastes” y razón no les falta, pese a que muchas de sus influencias se pueden ver claramente como más adelante comentaremos.

Su carrera comienza allá por 2005 como una banda de black metal, pero no es hasta el 2007 cuando se publica su primer MCD Matter, que realmente comparado con su trabajo más actual palidece bastante. En 2011 encontramos un acercamiento más progresivo con 3:11, un EP con tres potentes temas (todavía muy dentro del metal, sea dicho) que iban a ser parte de su primer álbum Fera, que finalmente no fue publicado.

Es en 2012 cuando la banda deja con la boca abierta y babeando a gran parte del colectivo progresivo nacional. Mantiis muestra una variedad de colores y una profundidad en cuanto a texturas que ninguno de sus lanzamientos anteriores habría imaginado ni tan si quiera rozar. Y es que es aquí donde la banda deja definitivamente las ataduras de cualquier estilo para adentrarse en un oscuro mundo de sensaciones y miedos.

Con este LP, la banda nos arranca el corazón y nos los sirve crudo: las suaves melodías y la violencia desbocada fluyen constantemente en una revuelta marea que azota al oyente cual náufrago a la deriva. Un disco que probablemente sea, bajo el parecer de muchos, el mejor lanzamiento nacional del año, y un disco que, como muchas veces sucede, si hubiera sido publicado por una banda extranjera otro gallo cantaría.

Si quieres buscar semejanzas con otros artistas evidentemente las encontrarás: desde Katatonia hasta Porcupine Tree, pasando por Ihsahn o cualquier banda de post-rock que se precie. Evidentemente Obsidian Kingdom no han inventado la rueda, hay una gran cantidad de sonidos que pasan por sus influencias más inmediatas, pero lo que más se precia de un lanzamiento como este es la valentía de levantarse frente a los estándares del metal nacional, decir: aquí estamos nosotros, hacemos lo que queremos y si nos da la gana meter un fragmento de dubstep lo metemos, si queremos meter trompetas las metemos. Esa libertad de expresión, ese enorme alcance de oferta es el que hace que se conviertan prácticamente en la joya de la música producida en nuestro país hoy día.

Estos 5 pintores se lanzan al ataque con un debut impresionante donde en 14 lienzos muestran una gran cantidad de escenas que te llevan de la melancolía a la rabia, te mecen en tranquilidad antes de devorarte vivo y te narcotizan mientras el frío filo de un cuchillo te acaricia la nuca. ¿Hay aspectos a mejorar? Por supuesto, quizá la constante subida y bajada de intensidad se hace algo extraña a las primeras escuchas, pero es algo que a partir de la tercera o cuarta reproducción ya se hace coherente a los oídos primerizos. Pero esto se ve compensado por la adecuada ejecución de cada uno de ellos sobre su instrumento, sobretodo, por el magistral y delicado trabajo de Zer0 Æmeour a los teclados y el increíble trabajo vocal de Rider G Omega. Un disco de excelente y un porvenir más que brillante.  A ver con qué nos sorprenden la próxima.

Si queréis verlos estrenar Mantiis en directo, el 14 de diciembre los tendréis en la Sala Music Hall de Barcelona, y el próximo año acompañarán a Cult of Luna en su gira española, que pasará por Madrid y Barcelona los días 30 y 31 de enero, respectivamente, por las salas Caracol y Razzmatazz 3.

But so many tiny dreams will be left behind… Kaleidoscopic visions will get plain and blurred and wear out with time.